Las arrugas del surco nasogeniano, es decir, las que aparecen en la zona bajo la nariz y a lo largo de los labios, constituyen uno de los principales signos de envejecimiento.
Los surcos se marcan desde que se es joven, sobre todo en aquellas personas que son muy expresivas, que gesticulan mucho.
La genética y el tipo de piel influyen también a lo hora de ser más o menos propenso a presentar este tipo de arrugas.
En las personas mayores constituye un signo de envejecimiento facial acompañando a la caída de las mejillas y a la reabsorción ósea facial, de modo que se profundizan con los años.
La presencia de surcos nasogenianos o peribucales marcados, producen una sensación de malestar a quién lo padece, pues da una imagen envejecida a la cara, que en general, no es real. Si se continúan hacia abajo, se les llama "surcos de la amargura", siendo muy gráfico el nombre que reciben.
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